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Translation by Isabella Hatt and Carlos Calderón

El estigma que rodea a la atención del aborto es devastador y se ha arraigado profundamente en nuestra cultura, amenazando los derechos, la salud, la seguridad y el futuro de las personas. Pero ¿sabían que podemos ayudar a erradicar este estigma ahora mismo? Necesitamos hablar abiertamente sobre el aborto como una parte fundamental de la atención de la salud reproductiva, aprendido a no juzgar y entender a las personas que buscan esta atención. 

Para aquellos de nosotros que hemos navegado por el mundo en cuerpos, identidades o comunidades marginadas, sabemos lo que es ser estigmatizado. Sabemos el costo emocional y la incertidumbre que puede venir con la búsqueda de atención médica cuando no estamos seguros de si un proveedor de atención médica invalidará nuestro dolor debido a nuestra raza, género u otra cosa por encima de quienes somos y qué necesitamos. Un ejemplo común es cuando los médicos descartan automáticamente la variedad de síntomas médicos de un paciente simplemente porque se basan en cuánto pesa la persona, así como la especialista administrativa y organizadora de PPVNV, Hailey Lindsley, discute aquí

Estas experiencias nos hacen sentir avergonzados, silenciados, invisibles e impotentes. Por lo tanto, no es una sorpresa que en una sociedad que habla tan críticamente sobre el aborto, con incluso partidarios que confían solo en descripciones vagas como "el derecho a elegir", a menudo es difícil sentirse empoderado cuando se busca atención. 

Cuando trabajamos juntos para eliminar deliberadamente el estigma, se promueven relaciones compasivas médico-paciente-comunidad, una mejor comunicación generaría relaciones más saludables y una calidad de vida diferente ya que las personas no se avergonzarían de recibir la atención médica que necesitan. 

En nuestro movimiento, hemos recorrido un largo camino, definiendo el aborto como el derecho fundamental que es. Aun así, el estigma del aborto persiste obstinadamente, ya sea debido al sesgo internalizado en la cobertura de los medios, las interacciones negativas con algunos proveedores de atención médica o incluso los comentarios velados de los partidarios que dicen que "no son proaborto, sino proelección". 

Aquí hay una descripción general rápida del estigma del aborto y cómo podemos comenzar a eliminarlo para así mejorar y expandir el acceso a quien lo necesite. 

Abordar el estigma del aborto en nuestras comunidades: 

Tener un aborto es común: según el Instituto Guttmacher, una organización nacional de investigación de políticas de derechos reproductivos, una de cada cuatro mujeres tendrá un aborto en su vida. Pero la percepción pública es que el aborto es mucho más inusual de lo que realmente es y eso se debe en gran parte al estigma cultural que rodea al aborto. 

Cuando nosotros, como sociedad, transmitimos un mensaje de que el aborto solo es aceptable en ciertas circunstancias, implicamos que hay algo inherentemente malo con este cuidado. Ya sea que se trate de críticas sobre personas que eligen tener abortos múltiples en su vida o que el aborto solo debe

permitirse en casos de trauma sexual, la idea de que hay una manera correcta o incorrecta de tener uno, es un reflejo del estigma. 

La falta común de comprensión sobre cuán frecuente es el aborto en este país se ve agravada por la representación del aborto como "extremo" impulsado por el estigma en los medios de comunicación y algo de lo que es difícil de hablar. La realidad es que el aborto es una parte regular de la atención médica, y debería discutirse de esa manera. 

La buena noticia es que se ha incrementado la representación, con historias más realistas sobre el aborto dentro de la cultura popular. En un número gradualmente creciente de películas y programas de televisión, tener un aborto ahora se muestra como una decisión clara y aceptable, y los personajes que tienen abortos son apoyados. 

Pero no solo los pacientes se ven afectados por el estigma del aborto y el juicio que lo acompaña. 

Los proveedores de abortos a menudo enfrentan la desaprobación pública y la hostilidad por hacer que esta atención esté disponible, en lugar de obtener el respeto y la gratitud que reciben otros trabajadores de la salud. Esta actitud negativa a menudo se refleja en la falta de educación sobre el cuidado del aborto en los programas médicos, y existe discriminación dentro de muchas prácticas médicas por parte de aquellos que no quieren o temen ser asociados con la atención del aborto. 

Consejos útiles para combatir el estigma del aborto: 

Primero, cambiemos la forma en que hablamos sobre el aborto. 

Debido al estigma cultural, algunas personas usan frases codificadas como "el derecho de la mujer a elegir" cuando lo que quieren decir es "aborto". 

Estas descripciones no solo se basan en un lenguaje anticuado y sexista, sino que, al ser vagas, permiten que los políticos antiaborto inunden la conciencia pública con una avalancha de mentiras. Los argumentos de los políticos y activistas antiaborto se basan en información y estadísticas inexactas, así como en afirmaciones profundamente emocionales y gráficas que no reflejan la realidad de la atención del aborto o las personas que acceden a ella. 

Sin embargo, muchas personas que apoyan el derecho al aborto responden a esta flagrante desinformación con vocabulario no adecuado, tales como: "elección", "decisiones difíciles" y otro lenguaje arraigado en el estigma del aborto en lugar de corregir directamente las inexactitudes y dejar en claro que el aborto es parte de todo el espectro de la salud reproductiva. 

En lugar de equivocarnos y juzgar el por qué una persona puede buscar un aborto, simplemente digamos que apoyamos el acceso seguro y legal al aborto, libre de barreras, para quien lo necesite y desee. La conclusión es que el aborto es atención médica, simple y llanamente. 

Hablando de lenguaje anticuado y sexista, siempre debemos reconocer que no solo las mujeres dependen del acceso al aborto. 

Las personas trans y no binarias también buscan acceso a esta atención vital, y a menudo enfrentan un estigma interseccional asociado con su género que dificulta aún más el acceso al aborto.

Asegúrese de compartir y ser claro con sus ideas y valores. 

Simplemente no es nuestro deber juzgar lo que otra persona decida hacer con su cuerpo. El objetivo es tener libertad reproductiva y un sistema médico donde las personas puedan decidir si, cuándo y cómo eligen formar una familia. Entonces, cuando escuche a alguien decir algo que se basa en el estigma del 

aborto, incluso si apoyan el derecho al aborto, pero usan solo esas frases codificadas, aproveche la oportunidad para iniciar una respetuosa conversación al respecto. 

Mantenerse fiel a sus valores y compartirlos con otros es una excelente manera de acercarse a las personas que puedan necesitar apoyo, sobre todo si esas personas aún no se sienten cómodas al hablar sobre el aborto. 

Abordar eficazmente el estigma del aborto es un proceso largo que requiere un profundo cambio cultural. La buena noticia es que estamos bien encaminados gracias al arduo trabajo de personas como usted que se toman el tiempo para hablar con sus amigos, familiares y comunidades sobre porqué proteger el derecho al aborto es de suma importancia. 

 

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