Preguntas a las que Donald Trump tiene que responder

WASHINGTON D.C. — La semana pasada, Donald Trump mintió una vez más sobre su postura respecto al aborto como parte de su último intento de manipular a los votantes. Los votantes merecen la verdad: sabemos que Trump promulgaría una ley que prohíba el aborto si es elegido presidente. Ya ha dicho que apoya una prohibición nacional del aborto y ha alardeado repetidamente sobre la anulación del caso Roe. Sus aliados ya tienen listo un plan para que él intente prohibir el aborto completamente y limitar la financiación para el acceso a los métodos anticonceptivos, a pesar de sus intentos desesperados de fingir lo contrario.

“Trump sabe que los estadounidenses apoyan el acceso al aborto abrumadoramente —y que estamos exigiendo que sea protegido en las urnas. Sus últimos comentarios fueron intentos débiles de distanciarse del desastre que causó cuando era presidente. En ningún momento del embarazo un político como Trump está más capacitado para tomar decisiones sobre tu salud que tú y tus profesionales médicos. Sabemos exactamente cuál es su postura, y nos aseguraremos de que los votantes también la recuerden en noviembre”, dijo Jenny Lawson, directora ejecutiva de Planned Parenthood Votes.

Ya que Trump parece estar decidido a enturbiar las aguas en cuanto a su posición sobre el aborto, hemos respondido a las preguntas que él sigue tratando de esquivar, ya que no está capacitado para responder:

¿Firmaría una prohibición nacional del aborto?

Los recientes argumentos de Trump no pueden ocultar que hace apenas unas semanas expresó su apoyo a una prohibición de 16 semanas. Él está tratando de apaciguar a su base conservadora mientras manipula a los votantes —la mayoría de los cuales se oponen a una prohibición nacional—, y no le va a funcionar. Él se caracteriza por retractarse para cubrir sus mentiras, y no le vamos a creer.

¿Sigue pensando en recurrir a políticas federales para desfinanciar a los proveedores de abortos en todo el país y en aplicar la Ley Comstock?

Los líderes del Partido Republicano están interesados en revivir la Ley Comstock de 1873, una ley patriarcal y anticuada que podría ser utilizada incorrectamente para encarcelar a los médicos por prestar servicios legales de aborto. Además, como presidente, Trump promulgó la ley mordaza del Título X en un intento de clausurar a los proveedores de abortos en todo el país. Ya sabemos que tomará medidas drásticas para atacar a los proveedores y diezmar el acceso al aborto. Trump está obsesionado con interferir en nuestras decisiones de atención médica y no se detendrá ante nada para quitarnos la libertad de controlar nuestros propios cuerpos.

¿Confía en que los pacientes y sus familias tomen sus propias decisiones sobre su salud, su vida y su cuerpo?

Trump nunca ha tomado en consideración ni ha apoyado la voluntad del pueblo estadounidense. Si lo hiciera, no habría ido en contra de la abrumadora mayoría de votantes que rechazaron la anulación de Roe vs. Wade. Prohibiciones del aborto inminentes en estados como Florida y Arizona son solo la punta del iceberg en cuanto a las consecuencias a las que se enfrentarán los estadounidenses debido a los jueces hostiles nombrados por el liderazgo del Partido Republicano.

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