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La administración reconoce lo que siempre hemos sabido, que los cuidados de salud sexual y reproductiva son cuidados de salud 

WASHINGTON, DC — El presidente Biden y la vicepresidenta Harris ganaron la elección por más de 7 millones de votos y tienen un mandato claro de proteger y expandir el acceso a los cuidados de salud sexual y reproductiva —incluyendo el aborto— en los Estados Unidos y alrededor del mundo. Según encuestas recientes, 63% de los votantes que eligieron a la nueva administración dicen que los políticos que tratan de restringir o prohibir el acceso al aborto jugaron un papel importante al momento de decidir por quién votar para presidente. Hoy, tomaron los primeros pasos cruciales para cumplir sus promesas a través de acciones ejecutivas. 

Testimonio de Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood Action Fund:

“Hoy, celebramos uno de los pasos iniciales que nos llevarán a retomar la posesión total de nuestros cuerpos, nuestra salud y nuestros futuros. Al mismo tiempo que continuamos enfrentándonos a una pandemia que ha cobrado muchas vidas, nos queda también muy en claro que las personas necesitan acceso a cuidados de salud al alcance de sus bolsillos y que la ciencia —no la política— es la que debe guiar la creación de políticas públicas. Tanto la ley mordaza global como la doméstica han causado un daño inmenso, y aplaudimos la acción rápida de hoy de la administración Biden-Harris para abordar estas políticas peligrosas. El presidente Biden y la vicepresidenta Harris ya empezaron a corregir los agravios de los últimos cuatro años, pero este solo debe ser el comienzo. Todavía hay mucho trabajo por hacer para asegurarnos de que todas las personas tengan la libertad de tomar sus propias decisiones sobre sus cuidados de salud como poner fin inmediato a restricciones innecesarias al acceso a medicamentos de aborto, derogar permanentemente la ley mordaza global, y eliminar las discriminatorias Enmiendas Hyde y Helms. Esperamos poder trabajar con esta administración y la mayoría a favor de la salud reproductiva en el Congreso para proteger y expandir los derechos y acceso a cuidados de salud sexuales y reproductivos para todas las personas en los Estados Unidos y alrededor del mundo”. 

Con las acciones ejecutivas de hoy, la administración Biden-Harris termina con la ley mordaza global, que prohíbe que las organizaciones no gubernamentales en el extranjero algún tipo de asistencia de salud global de los Estados Unidos si ofrecen información, referencias o servicios para abortos legales o abogan por la legalización del aborto en sus países, aun cuando estas acitividades se hagan solamente con el apoyo de fondos no procedentes de los Estados Unidos. Estudio tras estudio —incluyendo los del Departamento de Estado de la administración de Trump— se ha demostrado que esta política causó un daño devastador al acceso a los cuidados de salud para personas alrededor del mundo, especialmente para aquellos que ya enfrentan barreras sistemáticas para accederlo. Encuestas recientes encontraron  que 70% de las personas en los Estados Unidos apoyan ponerle fin a la ley mordaza global. Más allá de las acciones de hoy, la administración debe trabajar con el Congreso para aprobar el acta Global HER y derogar permanentemente y de una vez por todas la ley mordaza global. 

Aunque no se ha puesto fin inmediato a la ley mordaza doméstica, la administración también comenzó el proceso crítico de revisión de los cambios dañinos de la administración Trump al programa del Título X, el único programa federal del país dedicado a proveer anticonceptivos y otros cuidados preventivos de salud sexual y reproductiva al alcance del bolsillo. La ley mordaza doméstica obligó a que proveedores como Planned Parenthood, que son esenciales  para las comunidades se retiraran del programa —seis estados ya no tienen ningún proveedor de Título X— creando aún más barreras al cuidado de salud pagable, lo que también afecta a las personas que cuentan con el programa de Medicaid para el cuidado de su salud. Debido a siglos de racismo sistémico, homofobia y transfobia, la mayoría de personas que usan Medicaid son desproporcionadamente latinas, negras, y miembros de la comunidad LGBTQ+. 

La administración Biden-Harris también desaprobó la Declaración del Consenso de Ginebra, una aborrecible iniciativa antiaborto y antiLGBTQ+ de la administración Trump, restauró el financiamiento para el trabajo crítico en salud materna y reproductiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas alrededor del mundo, y tomó pasos para fortalecer Medicaid, la fuente principal de cobertura de salud sexual y reproductiva del país. Además inició un periodo de inscripción para la Ley de cuidado de salud a bajo precio (ACA, por sus siglas en inglés), que es un recurso crítico durante esta crisis global económica y de salud, que ha causado que tantas personas pierdan coberturas cuando más la necesitan. Incluyendo estas acciones del ACA y Medicaid de mano de las otras acciones de hoy, la administración Biden-Harris reconoció claramente que el acceso a cuidados de salud sexual y reproductiva no deben estar estigmatizados, politizados o separados —son parte esencial de los cuidados que necesitamos para vivir vidas saludables. 

Planned Parenthood Federation of America es parte de una coalición de más de 90 organizaciones progresistas que desarrollaron un plan de acción que enlista las acciones ejecutivas y para diversas agencias, en temas tanto globales como domésticos, en el que Planned Parenthood espera que la administración Biden-Harris continúe trabajando pronto (enlace en inglés aquí). 

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Planned Parenthood Action Fund es una organización independiente, no partidista y sin fines de lucro formada como brazo político de Planned Parenthood Federation of America. El Fondo de Acción (Action Fund en inglés) se dedica a la educación, abogacía y actividades electorales, incluyendo grupos de bases, defensa legislativa y educación de votantes.

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